Pasacalle inaugural
La Danserye
Paisajes sonoros urbanos en la época del Sitio de Logroño (1521)
Entrada gratuita
5 septiembre
20,00 h.
CASCO ANTIGUO DE LOGROÑO
“…participaron gran cantidad de menestriles altos (chirimías, cornetas y sacabuches) en estas festividades, destacando grandes músicos de viento, y instrumentos de percusión donde habían veinte atabales montados sobre caballería que hacían gran ruido… después llegaron veintiocho trompetas españolas seguidas de las doce trompetas de Carlos I, todos vestidos con túnicas violetas cubiertas con capas de plata y oro…”*
Recibimiento de Carlos V en Valladolid (1517)
Así cuenta una crónica de la época parte del dispositivo musical preparado para el recibimiento de Carlos V que la ciudad de Valladolid hiciera en noviembre de 1517. Como esta, gran cantidad de crónicas realizadas por todo tipo de viajeros, eruditos, escritores, tratadistas u otros géneros diversos de personajes, nos ilustran la importancia de la música en las festividades mayores que cada ciudad o colectivo de personas celebraba en su vida cotidiana. Junto con estos documentos, las fuentes iconográficas y sobre todo, las fuentes musicales, configuran un registro único para recrear la música de esta época y poder acercarse fielmente a la reconstrucción musical de una festividad, con un mínimo rigor histórico. Para poder realizar este ejercicio de reconstrucción de la manera más fidedigna, se utilizan instrumentos de viento que servían para las celebraciones al aire libre, como las chirimías y los sacabuches, que junto con los instrumentos de percusión participaron asiduamente tanto en las celebraciones profanas como en las festividades sacras de las ciudades hispánicas (por ejemplo, en el Corpus Christi). El uso de repertorio a 4 voces procedente de los más importantes cancioneros musicales de finales del siglo XV y principios del XVI (Montecassino, Colombina, Palacio, Segovia), permite obtener el hábitat apropiado para los instrumentos que tañían esta música, permitiéndonos de esta manera regresar a épocas pretéritas recuperando ese sabor original que solamente la música puede rememorar.
Fernando Pérez Valera